lunes, 2 de diciembre de 2013

Carta II. Pronto será enero

5 julio 2030

Mi amor,

Me ahogo las noches enteras en whisky barato. Reúno mis fuerzas para levantar la botella y verter el olvido en mi interior. Mi conciencia se nubla, no pertenezco al mundo en ese instante. Un instante que se vuelve eterno y caótico. Todo fuera está sosegado: los coches, las casas, las vidas, los árboles, el viento... todo hace ruido. Un ruido relajado y tranquilo. Y me resulta extraño, porque dentro de mí hay mil huracanes tormentosos sacudiendo mi corazón.

Ya no me mirabas como antes. Hacías una mueca de desagrado y te ibas sin más, susurrando un adiós de desprecio. Mi cara ya no era tan jovial e iluminada como antes, pero el amor no se trata de un par de caras bonitas... ¿no? El amor es alma, dos almas que se unen en una. Pero tú ya no querías mi alma ni querías que yo tuviera el trozo de la tuya. Y sin decir nada pretendes arrancarte de mí, sin preocuparte de la herida, sin pensar en que moriré desangrada de ausencia.

Quiero volver a verte un día de estos. Pronto será enero y la tarde ya tendrá aspecto de noche. ¿Por qué no damos un paseo, como lo hacíamos antes? Podríamos ir al sitio que  tanto nos gustaba hace años, aquél donde, si nevaba, se llenaba todo de copitos que caían en nuestro cabello, en nuestros labios, que rápidamente derretíamos con tiernos besos. Ahora ya no se distinguirían los copos de nieve de nuestro pelo, pero me resultaría agradable hacer algo que nos hacía ser tan cercanos, una sola alma.
Cariño, pronto será enero. Los días serán más cortos y tendremos menos tiempo para vernos, pero no me importa. Quiero creer que aún me tienes presente, simplemente por haber construido recuerdos juntos en un pasado. 

Te quiero.

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