miércoles, 26 de septiembre de 2012

Proyecto en marcha

Hay veces en la vida, en las que no hay que hacer preguntas de las que no se quiere obtener respuesta. 

Vampiros huyendo de un mundo donde sólo unos pocos saben de su existencia. Tres convictos que huyen de un mundo en el que ya no son bienvenidos. Aparentemente, no tienen nada en común, pero lo que les une es algo mucho más grande que un simple destino: la sangre que han derramado durante su vida tiene un propósito vital que no saben que están a punto de llevar a cabo.

Después de mucho cavilar sobre ello, al fin he trazado un mero esbozo de lo que será mi primer proyecto - no quiero decir novela, porque no se sabe en lo que va a terminar -. Mi problema es querer ser demasiado perfeccionista para con una primera novela, así que por eso aún no me había decidido por ninguna trama concreta. Aquí el primer pequeño resultado, que espero que florezca en su totalidad. 

lunes, 24 de septiembre de 2012

Confused

Hoy no me siento realizada. No me siento yo misma ni me siento bien. Ni me siento mal. Los hechos son clarísimos: debería estar contenta, pero no debería ilusionarme porque aún no está todo arreglado... pero ni siquiera me he ilusionado para nada. Ni tampoco estoy tranquila, como tampoco estoy nerviosa. Odio estar así, esa sensación de que no estás para nada, solo para asentir. No tienes pensamientos propios, te ahogas en un vaso de agua en el cual realmente ni te has metido. No te preocupa ahogarte, no sabes que estás haciéndolo.

Sentir que tu organismo hubiera hecho una cosa en la que tú mismo no estás de acuerdo y darte cuenta, un día, de que no sigues lo que haces normalmente, como si no fueras tú mismo. Es decir, tú hubieras reaccionado de tal manera que odias y te asquearía haber reaccionado o haberte sentido así; pues bien, hoy no puedo odiarme, hoy no he reaccionado como siempre y no sé del todo si eso es bueno... o malo.

Huyendo

Siento decepcionarte, pero no puedo evitar ser así de impulsiva, soy así de cobarde, me hundo yo sola, salgo a flote yo sola. A veces me escondo cuando no tengo escusa para mis actos. Suelo hacer las cosas mal y luego encerrarme para no tener que contarlo ni dar explicaciones tontas que ni vienen a cuento. Cada célula de mi cuerpo responde así a la vida, me hace ser así y, aunque la cabeza no lo dicte así... no puedo remediarlo. No dejo de querer por mucho que huya, simplemente a veces - la mayoría de las veces - necesito pausas entre acontecimiento y situación diaria. Quizás todo el mundo quiere esas pausas pero no puede tenerlas por las decisiones que acarrean, pero a mí todo eso, me da igual. Yo quiero esas pausas, y las tengo. Cueste lo que cueste.


Al mirar al suelo contemplo tu ego, marcado con las suelas de miles de perdedores que aprovechan para pisarte. Por dentro palacio de esclavos, oh, por fuera un simple vagabundo.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Curioso personaje

Su cara. No está deformada, pero lo parecía de buenas a primeras. Parece toda manchada de sangre pero al acercarse ves que es una ilusión óptica. Su mirada enferma te hace pensar que está más demacrado de lo que está. Se acerca con esa mirada penetrándote en lo más hondo de tu ser, repiras entrecortado, inentanto no hacer ruido vete a saber por qué. Intentas moverte y tu mirada se desliza hasta lo que son dos cinturones aprisionando tus manos en la silla. La luz le da totalmente en la tez morena, lo sé porque, como decía, no está bañado en sangre, pero la raja de su boca es tan profunda y reciente, que parece que manche toda la cara de salpicadas anteriores. ¿Qué le habría pasado? Tiene una costura muy primitiva, ardiente. Casi quema mirarle, porque sabes lo que está haciendo y sabes lo que piensa con respecto a ti. Sabes que te odia, aunque no sepas el motivo. Ves ese juego enfermizo que titubea en su cabeza, quizás llena de recuerdos, quizás llena de nada.

Fail

Bien, no soy una de ésas personas que se hacen notar. No soy divertida, no tengo nada particular y distinto de los demás. Soy bastante común, casi aborrecen mi personalidad. No soy nada, no soy más que una partícula minúscula que se sitúa en el camino vital de otras partículas más - y éstas ni se inmutan de mi presencia -. Es triste este estado. Reír y llorar. Llorar y llorar aún más. Sentir que pierdes, sentir que nunca vas a ganar. Sentir que hay cosas que acaban, y otras que no van a empezar. Encerrarse en un propio mundo, fruto de nuestra inútil imaginación.

Cambiando el mundo

Se levanta por la mañana, cansada, sube las persianas y corre las cortinas: amanece un nuevo día. Se dirige al baño, se despeja apresurada, apenas se peina y se dispone a marchar a su estética rutina que tanto la agota. Su mente tergiversa los mensajes que se plasman en las tranquilas calles de su ciudad, cosa que hará que acabe en un triste final. 
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Vuela entre las sábanas al elevarse el gran astro, con escasa energía, elevando el opaco manto: el alba llega a su inicio. El excusado se le presenta para desahogarle de las penas, lleva su mamífera cabellera alocada y se desliza entre los encantos de su páramo animal que tanto la succiona. Su mundo no plasma en su mirada la sosegada intención del lugar, la cual es capaz de manejar sus intentos hasta el punto de fracasar. 

Como ven, el hombre es capaz de transformar una acción cotidiana, como es el suicidio, en algo sumamente normal y desapercibido en su totalidad.