martes, 26 de abril de 2016

Que el silencio no reine

La pequeña bailarina da vueltas mientras una delicada melodía envuelve la sala. Alice, con los ojos muy abiertos, la mirada fija y la tez pálida, sostiene la cajita de música sentada en el banquillo del piano, totalmente a oscuras.

Está descalza y comienza a notar frío en los pies. El líquido que los besa es caliente pero se enfría enseguida y se expande con rapidez. Ella sabe de qué se trata, pero no puede ver el color rojizo por culpa de la oscuridad.

Con la mano que tiene libre palpa las teclas del viejo piano, manchándolas también de rojo, notándolas pegajosas a medida que pasa de una tecla a la otra. No tiene conocimiento de que en la estancia hay dos cuerpos, pero sólo uno respira. En algún lugar de su mente sabe lo que ha pasado, pero permanece aparentemente sosegada dándole cuerda a la bailarina para que no reine el silencio que la perturba.

sábado, 9 de abril de 2016

Olvidé

Olvidé lo que era sentirse así de miserable.
Olvidé todas las veces que creí las mentiras.
Olvidé que los errores siempre se vuelven a cometer.
Olvidé lo mucho que había te amado, olvidé lo mucho que había perdido.

Pero a cambio recordé lo mal que me trataste.
Recordé todas esa noches que llegaste tan tarde.
Recordé cuánto odio había sentido, y recordé también porqué te obligué a marcharte.

viernes, 1 de abril de 2016

Si te vas, ya no regreses

Si te vas, ya no regreses.
Porque cuando te marches serás una
Y al volver serás otra.
Yo quiero seguir con la que estoy,
No con otra que vuelva distinta,
Más radiante y desahogada.

Yo quiero estar con esa triste,
Esa a la que sólo yo puedo alegrar.

Si te vas, no te molestes en volver.
Tus cosas ya no serán tuyas,
Serán de mis recuerdos
Y no te las podrás llevar.

Si te vas, no vuelvas más.
No quiero ver cómo has cambiado,
Cómo has matado a la que yo amé,
Cuidé y su bien procuré.

Si te vas, ¡ay!, no vuelvas a mí.
Sólo una vez me harás sufrir,
No más.