lunes, 29 de abril de 2013

He's gone

Suena el timbre de la puerta, pero sé que no eres tú. Esta vez te has marchado con las manos vacías. No has hecho equipaje ni dices si vas a regresar. No me has dicho a dónde vas, sólo dices que no te siga, que debo continuar mi vida. Sueles hacerlo, te cansas de la rutina y empiezas a doblar la ropa que crees que necesitarás sin saber a dónde irás, sin saber si irás a un lugar frío o cálido. En tu mente trazas un recorrido para contar el dinero que te hace falta, pero a veces no haces caso de tus suposiciones y simplemente te lanzas al vacío. Vacío, ¿quizás es ahí a dónde has ido? Me gustaría que te hubieras llevado un teléfono, o me hubieras dado una dirección para localizarte, porque me mata no saber dónde estás. Me mata saber que no vas a volver y no voy a poder quejarme de tu insensatez al marcharte y dejarme sola una vez más. Tal vez, lo que realmente me mata, es saber que no te voy a poder parar la próxima vez que te vayas, porque no te vas a volver a marchar.

sábado, 20 de abril de 2013

Lost

¿El agua era potable? Beber de ella te proporcionó vislumbrar la muerte de tu amado en tus brazos. Tu dolor fue tan inmenso que ni siquiera las lágrimas fueron capaces de salir y caer por tus mejillas, por miedo a romper la calidez de esa cara tan pálida que estaba a punto de mostrar una de las peores muecas de tu vida. Tus ojos grises se oscurecieron, se tornaron más profundos, como si no tuviera fin tu mirada. La sangre del herido se escapaba del cuerpo con rapidez, como queriendo deshacerse del ser para dejarle sin vida, seco por dentro. Lo habías visto alejarse de ti varias veces, pero no habías visto apagarse la luz de sus ojos de manera semejante nunca. ¿Quién demon...? Eran ellos. Con el ceño fruncido, tanto que hasta te llegó a doler sin notarlo por la ira que experimentabas, los perseguiste hasta que ya no pudiste seguir más la pista. Te veías solo, desorientado y algo mareado. Y yo no puedo entender nada, lo veo todo tan lejos que no sé por qué situación estás pasando y lo solitario que te sientes. Y de repente, cuando parece estar todo perdido, aparece él.

jueves, 11 de abril de 2013

Carta I

18 noviembre 1994

Si te llamo cada tarde no es porque me aburra, tengo mucho trabajo siempre, pero prefiero pasarme horas hablando contigo. Si pienso en ti y te digo cuánto te quiero no es porque sí, es porque de verdad lo siento. Cuando nos separamos quise seguir oliendo tu perfume y abrazarte una vez y dos... te quiero. Mucho. Demasiado incluso.

Si me preguntaras cuánto, no sabría responderte. No sabría decir ni la mitad del cuarto de la mitad de la mitad de todo lo que te llego a querer. Mi amor, sé que piensas que te dejé abandonada. Sé que lloraste muchísimo. Sé que te entristeces cuando miro a otra, pero debes entender... me debes comprender.

sábado, 6 de abril de 2013

Loving someone

No me salieron las cartas buenas desde que llegué a este lugar. Ni siquiera estaba segura de si iba a seguir viva mucho más tiempo cuando llegué, pensando que el cambio iba a ser mortal. Te conocí y mi mundo estaba a salvo contigo, todos mis planes eran perfectos a tu lado, con tu sonrisa, con tus caricias y tus palabras. Pero a mí nada me sale bien nunca. He tragado, tragué y voy a seguir tragando porque es el papel que me ha tocado ejercer. Y nunca, aún llevando tanto tiempo aquí, voy a acostumbrarme a tu presencia, a tu ausencia y a tu irresponsabilidad, siempre hay algo que se me escapa. Ahora he visto claramente cómo se desmoronaban mis proyectos de futuro poco a poco y cómo un buen día se acabaron de hacer pedazos y acto seguido se convirtieron en ceniza. No obstante, aunque odie esta situación, hay algo que no me deja cambiar.