lunes, 27 de agosto de 2012

Riesgo

Caigo. Caigo a una velocidad intangible, inimaginable. Caigo. No conozco el lugar al que caigo aunque se trate de la superficie terrestre. Ni siquiera oigo el ruido que provoca el aire al romperse a mi paso. Ni siquiera pienso. Caigo. Mi cara se deforma a causa de la velocidad que la golpea. Mis ojos se nublan. Me muero. Estar tanto tiempo sabiendo que vas a morir sin remedio alguno hace de la muerte algo más amarga de lo que la pinta Shakespeare en el glorioso "Romeo y Julieta". Caigo. Y sigo cayendo. ¿Cómo puedo sentir tanto y tan poco al mismo tiempo? Siento tanto miedo que mi cuerpo y mente no reaccionan ante su destino. La muerte. Cada ves más cercana a mí a cada segundo que pasa.

jueves, 9 de agosto de 2012

Loneliness

Parece que incluso el lugar donde uno se oculta, donde se pone a cubierto, también es discutido. Hay quien se cobija en los libros, bien: de éste se dice que pierde su vida viviendo mil historias cuyos personajes no están ni remotamente relacionados con dicho sujeto. Del cinéfilo se dice prácticamente lo mismo, agravándolo hasta tener la necesidad de insultar que adore los efectos especiales y la tecnología moderna en vez de coger hojas de papel y leer las historias. Del solitario se grita a su inseguridad, se menosprecia que sepa gozar de la falta de humanidad a su alrededor. ¿Por qué es malo? La soledad no es mala, es la forma que tienen algunas personas honradas de cobijarse, al contrario que aquellas que buscan popularidad por las calles cual mendigo pidiendo limosna sucia y rastrera.