sábado, 20 de abril de 2013

Lost

¿El agua era potable? Beber de ella te proporcionó vislumbrar la muerte de tu amado en tus brazos. Tu dolor fue tan inmenso que ni siquiera las lágrimas fueron capaces de salir y caer por tus mejillas, por miedo a romper la calidez de esa cara tan pálida que estaba a punto de mostrar una de las peores muecas de tu vida. Tus ojos grises se oscurecieron, se tornaron más profundos, como si no tuviera fin tu mirada. La sangre del herido se escapaba del cuerpo con rapidez, como queriendo deshacerse del ser para dejarle sin vida, seco por dentro. Lo habías visto alejarse de ti varias veces, pero no habías visto apagarse la luz de sus ojos de manera semejante nunca. ¿Quién demon...? Eran ellos. Con el ceño fruncido, tanto que hasta te llegó a doler sin notarlo por la ira que experimentabas, los perseguiste hasta que ya no pudiste seguir más la pista. Te veías solo, desorientado y algo mareado. Y yo no puedo entender nada, lo veo todo tan lejos que no sé por qué situación estás pasando y lo solitario que te sientes. Y de repente, cuando parece estar todo perdido, aparece él.

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