jueves, 21 de marzo de 2013

Final

Sus miradas se cruzan desafiantes. No piensan, no sienten, únicamente siguen el instinto que les han dicho desde niños que deben seguir. Sus caminos debían separarse en ese instante, quizás con un destello final, quizás con un golpe fatal. 

El muchacho rubio es por quien la audiencia ha apostado más, se le ve más fuerte y preparado y pertenece a una familia de nobles. El moreno, por el contrario, es un esclavo cualquiera por quien nadie da una moneda de bronce. Para sorpresa del populacho presente, es la realeza quien apuesta por el muchacho escuálido y pobre.

Los chicos reaccionan cuando el público estalla en gritos y risas. El moreno es quien está menos pendiente del asunto de matar a su contrincante, es el rubio quien se acerca feroz y rápido empuñando la espada con fuerza y decisión, pero el chico menudo lo esquiva con facilidad. Los juegos de pies no se le dan muy bien a ninguno, pero se defienden bastante bien durante treinta y séis minutos. 

El menudo se cansa mucho antes que el rubio, así que intenta alejarse de él todo lo posible para recuperar algo de aliento y se acerca al borde de la arena. Cuando alguien desde el público grita su nombre y se gira, el rubio se dirige hacia el moreno, y a éste último tiene el tiempo justo de girarse para mirarle a los ojos, con una expresión extraña.

Y justo en el momento en el que la espada cruza el corazón del oponente, al muchacho rubio vuelve a la realidad, a su realidad. Se le vuelven más claros y cristalinos los ojos, se le empañan y comienza a llorar percatándose de a quién ha matado y grita: "¿porqué he tenido que hacerlo? yo nunca quise acabar contigo, nunca quise que te fueras de mi lado, todos me obligaron a hacer esto y yo lo hice" mientras todos le aplaudían su alrededor. No parecía satisfecho. Destruyó la vida del hombre al que amaba y, levantándose del suelo y mirando a todo el pabellón que lo admiraba por su "valor", atraviesa su cuerpo con la espada de su amado para así poder rogar su perdón y estar con él para siempre.

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