lunes, 3 de diciembre de 2012

La muerte

Es la primera vez que te has ido, y sin embargo siento que te has ido más de una vez, dejándome a merced de esta muerte en vida, por el dolor que tu marcha me causa. Me lleva todo el día pensarte, fingir que sigues aquí conmigo, aunque sea sólo en mi inocente corazón. Recuerdo con recelo tus patitas juguetonas, tu nariz olfateándome al acercar mi mano hacia ti, tus ágiles carreras para llegar a la nueva comida que depositaba en tu cazo. Hacía un minuto correteabas, al terminar ese minuto, rápido y sin motivo, desapareciste como alma de este mundo. Tu cuerpo seguía allí, inerte e inmóvil a pesar del frío que hacía un rato te hacía temblar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario