Entre susurros nos decimos mil cosas: "ya no te quiero", "quiero que te vayas", "desaparece de mi vida", etc.
Todo es tranquilo y civilizado. No sé si te da todo igual o si te duele. Con la voz tan baja no me es posible notar el tono que empleas.
Además, es muy frío. Preparas una bolsa con ropa interior, me dices "hasta luego" como si nada. Para mí es el fin del mundo, pero te volveré a ver ─ sobre todo porque aún tienes todas tus cosas aquí ─ . Pero tu despedida es tan normal. Como si nada hubiera pasado.
Oh dios mío, ¿qué es lo que he hecho?
Lo he mandado todo a la mierda.
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