Te apareces ante mí
Un tiempo después
Sin miradas de deseo
Ni siquiera de reproche.
Te apareces como si nada
Pero también como si todo.
Yo fui el ave que al vuelo
Atrapaste y soltaste luego.
Y tú fuiste la jaula que yo amé,
La cárcel que yo más ansiaba.
Me dejaste volver
A mi libertad traicionera
Y solitaria.
No haberme amarrado
Para soltarme después.
No haberme amado
Para no quererme también.
La reciprocidad
Nunca fue tu punto fuerte,
Corresponderme nunca
Estuvo en tus planes.
No te extrañe pues,
Que un día tu pájaro títere
De ti se despida
Y, al fin,
Vuele libre.