miércoles, 19 de diciembre de 2012

Tides

Soy así. Suben mi ánimo y mi autoestima y bajan como la marea. Pienso en hacer millones, millones de cosas, pero no hago nada. Veo todo tan lejano, tan importante, tan imposible para mí, que olvido que soy igual que cualquier persona que lo haya hecho y, efectivamente, no lo hago. Tengo miedo a hacerlo y fracasar, a quedarme a la mitad del trayecto. 

Ya lo he descubierto. Vivo en el pasado, me aterra pensar en el futuro. Me aterra pensar dónde estaré mañana. No tengo ganas de vivir, ni de luchar. Un desastre. Quiero conseguir cosas, muchas, pero no tengo el empujón de mí misma que me hace falta para querer luchar por ello y esforzarme.

Inútil..

Mi destino

Siempre yo sentí, que en algún lugar
hallaría un hueco esperando por mi.
Se que triunfaré y me aclamarán
una voz me dice que yo debo estar allí.

Se que llegaré, ese es mi destino,
esforzándome, ya cercana estoy,
llegaré al final no me importa a cual,
al lugar de donde soy y a mi lugar me voy.

Se que llegaré, ese es mi destino,
solo un paso doy y más cerca estoy,
llegaré al final, sé muy bien a cual,
al lugar de donde soy y a mi lugar me voy.

Otro ángel

La mente se pierde entre miles de imágenes a primera vista iguales, sin nada que destacar de ellas, sin nada especial. Subes cada vez más la música, entreteniendo tu vista durante un rato más mientras los sonidos te envuelven y acarician tu alma. Y de repente aparece, ahí está, María. Una hermosa mortal, una pizca de cielo estrellado en forma de ángel sin alas vagando por éste mundo tan cruel. ¿Qué haces en la tierra? ¿Por qué has caído aquí? Debes huir. Pero que sea lejos de este mundo, puesto que el sitio más seguro y fértil que hay cerca es mi corazón, el único que te va a dedicar todo lo que tiene. Por siempre jamás, amor.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Pruebas

Si no eres capaz de superar una prueba tan fácil como examinarte de algo que ya has hecho con anterioridad, ¿puedes sentirte fracasado? Quizás no, porque piensas que no has estado atento y por tanto es imposible realizar correctamente al 100% la prueba. Quizás no, porque has tenido un lapsus y éste ha hecho que no puedas pensar con claridad y tu mente se torne blanquecina, es decir, vacía. Hay otras opciones, como mal estar, dolores de cabeza, encuentros fatídicos con tu yo pasivo, o simplemente que te has pasado la mayor parte del tiempo de enseñanza y aprendizaje pensando en cosas como: ¿Qué haré en fin de año? ¿Este será mi año de suerte? ¿Conseguiré satisfacer a mis padres haciendo una carrera y que se sientan orgullosos de mí? ¿Encontraré el amor a mis escasos veinte años? 

O quizás ésto son simples excusas para no sentirte demasiado culpable por ser un inútil que piensa mucho pero no hace nada. Sí, me paso el día holgazaneando y pensando, con mi mente dando una y mil vueltas sobre el mismo tema o tal vez sobre uno diferente a cada rato. Sí, puede que no haya estado lo suficientemente atento como para saber qué factores influyeron en el arte gótico. Puede que lo tenga asumido pero al verlo escrito en un papel en un aula llena de desconocidos sabiendo que lo va a corregir un señor cincuentón al que la boca le huele a ***** me ponga nervioso y mis dedos huesudos sean incapaces de escribir lo que el cerebro sabe que debe poner. 

Puede que esté pensando otra vez en qué excusa poner la próxima vez que me pasa. Este, señores, es mi modus operandi.

Carpe Diem!!


Pd: ¿Se nota que latín me ha ido bien?

martes, 11 de diciembre de 2012

Sicalipsis

Fue un dulce y limpio crimen. Le sacó minuciosamente hasta la última gota de sangre para dejarlo impecable por dentro, sin pecado. Su alma automáticamente quedó redimida de sus impurezas originales. Aún así, su destino no iba a ser el cielo. Ni el infierno. Porque esos destinos no existen. Su destino era el abismo, la inmensidad vagando por ningún sitio, vagando por la vastedad más áspera jamás conocida.

Le fueron, también, arrebatados los sentidos uno a uno, aunque sin causar ningún tipo de dolor a causa de su inerte corazón. ¿Su pecado? Sólo nadie lo sabe.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La muerte

Es la primera vez que te has ido, y sin embargo siento que te has ido más de una vez, dejándome a merced de esta muerte en vida, por el dolor que tu marcha me causa. Me lleva todo el día pensarte, fingir que sigues aquí conmigo, aunque sea sólo en mi inocente corazón. Recuerdo con recelo tus patitas juguetonas, tu nariz olfateándome al acercar mi mano hacia ti, tus ágiles carreras para llegar a la nueva comida que depositaba en tu cazo. Hacía un minuto correteabas, al terminar ese minuto, rápido y sin motivo, desapareciste como alma de este mundo. Tu cuerpo seguía allí, inerte e inmóvil a pesar del frío que hacía un rato te hacía temblar.